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sábado, 2 de noviembre de 2013

Gala Placidia





Gala Placidia nació en algún año entre el 388 y el 390 de nuestra era. Fue hija de emperador, hermana de dos emperadores, mujer de un rey godo y de un emperador, y madre de emperador. ¿Se puede pedir más? Posiblemente fuera la mujer más influyente de su tiempo.


Gala Placidia fue hija del emperador de origen hispano Teodosio el Grande, que fue el último emperador que gobernó sobre un único Imperio y el que en el año 380 impuso el cristianismo niceno que establecía la naturaleza igual de Padre, Hijo y Espíritu Santo -y, por tanto, condenando el arrianismo, que practicaban los godos y que propugnaba la inferioridad del Hijo respecto al Padre- como la religión oficial del Imperio Romano, tolerando (aunque poquito, a la vista de las trabas que ponía el sistema a la continuidad de los cultos y ritos no cristianos) el paganismo.

Sus hermanos fueron Honorio y Arcadio, que se repartieron el Imperio a la muerte de su padre en el año 395: Honorio se quedó con Occidente y Arcadio con Oriente. Los hermanos se odiaban y hacían todo lo posible por perjudicarse mutuamente, ayudando cada uno a los enemigos del otro. Unos angelitos.

Pero volviendo a Gala Placidia, en el año 409 en el marco del saqueo de Roma a manos de los visigodos de Alarico, fue secuestrada por esos bárbaros. A lo largo de aquellos años de decadencia, los bárbaros (en el sentido latino de "extranjeros", no en el de grosero, inculto o tosco) se habían ido asentando en el interior del Imperio, acaparando el poder de muchas instituciones de todo tipo- entre ellas el ejército romano, que tenía entonces casi más bárbaros que romanos- lo que les llevaba a pedir constantemente prebendas de todo tipo. Hacia el año 409, el emperador Honorio no concedió al rey visigodo Alarico las tierras, dignidades e indemnizaciones que éste pretendía, por lo que el visigodo asaltó y saqueó Roma haciéndose con un gran botín, en el que se incluía la princesa Gala Placidia que fue hecha prisionera.

Sin embargo, la prisión no debió hacérsele muy dura, pues en el año 411, con poco más de veinte años, se casó con Ataúlfo, el sucesor de Alarico en el trono visigodo. Al parecer fue una relación apasionada y amorosa, de la que nació un niño que murió siendo pequeño. Sin embargo, la felicidad le duró poco pues Ataúlfo fue asesinado en el año 415. Éste, antes de morir, hizo prometer a su hermano Walia que devolvería a Gala a Roma tras su muerte. Y así fue como la desconsolada Gala volvió a Roma, a someterse a la tutela de su hermano Honorio.

Sin embargo, las cosas no fueron demasiado bien a su regreso, ya que en el año 417 la obligaron a casarse con Constancio, con quien tuvo un hijo, Valentiniano, y una hija. Constancio fue nombrado co-emperador en el año 421, pero murió al poco tiempo. Muerto su marido, los problemas de Gala arreciaron pues al emperador Honorio le gustaba demasiado su hermana, tanto que intentó violarla, lo que hizo que ella huyera con sus hijos de Roma en medio de un enorme escándalo, refugiándose en Constantinopla con su otro hermano, Arcadio, emperador de Oriente.

Honorio murió en el año 423 y, tras un breve interregno, el hijo de Gala Placidia y Constancio, que tenía 6 años, fue nombrado emperador: Valentiniano III, y ella, regente, puesto en el que se mantuvo hasta el año 437, siempre ayudada por el general Aecio, con quien mantuvo unas relaciones de respeto y temor por parte de ambos: Gala necesitaba a Aecio, que era un general reputado y valiente, el único que fue capaz de enfrentarse a Atila de igual a igual; la muerte de Aecio a manos del propio Valentiniano III por celos y envidias, acabaron con las poquísimas posibilidades de recuperación de un Imperio completamente acabado.

Los tiempos de la regencia y los últimos años de su vida, que pasó en Roma, los empleó en patrocinar distintas construcciones religiosas (era muy devota) entre las que destaca la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, y su propio Mausoleo, y la iglesia de San Juan Bautista en Rávena. Murió en el año 450 y se duda que esté enterrada en el Mausoleo que lleva su nombre, de exterior sencillo, pero que en su interior esconde un tesoro en forma de mosaicos.



La Basílica de Letrán. Roma.


Baptisterio de San Juan Bautista. Rávena.




Mausoleo de Gala Placidia, exterior. Rávena.




Mausoleo de Gala Placidia, mosaicos.


  
Mausoleo de Gala Placidia, mosaicos.

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