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domingo, 26 de julio de 2015

Jonathan Silencio.





J. Silencio. Hace tiempo que pienso en este personaje surgido de la pluma de mi amigo José M. Bartolomé. En realidad desde que leí el primer relato que protagonizó… no recuerdo cuándo.  Y me provoca dos sentimientos que podrían parecer contradictorios, pero que no lo son: admiración y envidia. Admiración por el talento del autor, desplegado al modelar un personaje tan complejo y atractivo, y envidia por no haber sido yo capaz de hacer nada así.


Silencio, de entrada, es un tipo del que no tenemos apenas descripciones físicas, sólo le conocemos por lo que hace y lo poco que se va contando de él a través de sus “trabajos”. Es un “despierto”, es decir, un hombre que murió (lo que viene siendo el despertar a ese otro mundo que nos muestra en su serie en el blog de El rencor de los dioses vivientes) y que por motivos desconocidos ha regresado a este mundo de “durmientes” para combatir a seres preternaturales (lo que va más allá de lo natural) malignos que comparten con nosotros, simples mortales, el mundo en el que vivimos. Se manifiestan de distintas formas que suelen pasar desapercibidas para los durmientes, pero que alguien como Silencio, dotado de capacidades especiales (como la visión en segundo plano que le permite ver auras o la forma real de esos seres), sí ve. Su lucha contra esta variada legión de individuos la realiza como detective, en la línea de aquellos personajes de los años 30 ó 40 surgidos de plumas como Hammet o Chandler, aunque con toques violentos que actualizan al personaje.

Silencio es, ante todo, un misterio. Eso es lo que le hace tan atractivo. Es violento, frío, calculador. De entrada parece un tipo sin escrúpulos… y lo es. Pero no por ello es un miserable, todo lo contrario. Es un hombre que está de vuelta de todo, pero aún así y sin saber por qué, es una persona íntegra, que aún sabiendo que los durmientes desconocen el mundo en el que viven y que, en la mayor parte de las ocasiones, ni siquiera les interesa conocerlo (bien por estupidez, bien por cobardía) pese al daño que les puede ocasionar, sigue luchando por defenderles de las fuerzas ocultas que les amenazan.

Así pues es un hombre con valores, que aprecia la valentía, la dignidad y la honestidad, un tipo consecuente que sabe que el honor, en el sentido habitual del término es una palabra vacía que puede rellenarse con todas las soflamas que interesan a los poderes, ya sean religiosos, militares, nacionalistas o políticos. Desde luego, Silencio no es un hombre de honor en el sentido habitual (y desvirtuado) de la palabra. A él, le interesan las personas, mirarlas desde su particular óptica, desde su trayectoria vital, desconocida incluso para él antes de su despertar.

También es un hombre duro, que abomina de las sensiblerías ñoñas, pero no es insensible. Es capaz de despreciar sin pestañear a personajes deleznables e indignos, mientras empatiza a su manera con una deliciosa anciana (doña Leonor) que le llama “querido Jonathan”. Un apelativo que podría parecer inaplicable a un hombre que no duda ni un segundo en apuñalar o dispara a cualquier ser preternatural ni se inmuta ante la presencia de distintos tipos de demonios.

Es valiente, pero conoce el miedo: no es un idiota y sabe lo que se juega. O más bien, lo intuye, puesto que él ya está muerto. No parece creer en nada salvo en sí mismo, pero en el fondo tiene fe en las personas, en algunas personas. Y eso hace que le valga la pena seguir adelante con su cruzada.
Su relación con las mujeres resulta un tanto extraña, pero en realidad no lo es tanto. Es muy parecida a la que tiene con los hombres… salvo por el sexo. Podría suponerse al leer sus tórridas escenas de sexo que es un tipo que ve a las mujeres como meros instrumentos, pero nada más lejos de la realidad. Pero eso pasa solo con algunas mujeres. En cambio, cuando aparece una mujer como la inteligente doctora Aisa o la tímida Rosario, su actitud cambia. No es que desaparezca el deseo, no, pero la valoración que hace de ellas trasciende el ámbito sexual. Cierto que adopta una actitud paternalista de defensa (es difícil sacudirse los milenios de machismo), pero las valora y aprecia. ¿Enamorarse? No, no creo que se lo pueda permitir, pero sin duda surgen sentimientos muy parecidos al amor.

Yo me imagino a Silencio como un hombre alejado de cualquier tipo de estereotipo físico de los hombres de acción al uso. No demasiado alto pero tampoco bajo; rasgos angulosos, ojos negros, profundos e intensos, labios finos y barba cerrada de dos o tres días; fuerte y fibroso, pero no musculado, por supuesto, sin tableta; pelo oscuro, fosco y duro. Vestido de oscuro, no necesariamente negro, discreto, para no llamar la atención. Nunca me lo imaginaría como un hombre guapo, pero sí atractivo. No podría ser de otra manera.

Sin duda es un personaje que seguirá dando mucho que hablar y podéis empezar a conocerle en el blog de Jose M. Bartolomé Lo juro por mi tatuaje, o en su libro De ilusión también se muere. Imprescindibles ambos. 

10 comentarios:

  1. Estoy contigo,Mayte! Ayer acabé de leer el libro. Me encantaría meterme dentro y luchar con esas criaturas al las de Silencio. Además, le haría compañía, porque cuando acabé de leer, me dio mucha pena su vida solitaria.
    Ha sido una lectura tan interesante que me lo he leído en poquísimas horas, gustándome cada vez este personaje que me emociona en todos los sentidos.;)

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    1. Creo que eso nos pasa a todos los que leemos a Jose. Es un personaje impresionante y las historias están muy bien hechas y escritas. Y diga él lo que diga, mi opinión no tiene nada que ver con que a Jose yo le quiera muchísimo ;) Gracias por comentar, Hada. Un abrazo!

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  2. Recuerdo perfectamente la primera vez que leí algo de Silencio. Era mediados del 2013 en la web de "escritores" donde también te conocí. Y ,como ya sabes, entras a sus letras por curiosidad y acabas enganchada definitivamente.
    Muy buena descripción del personaje, aunque como "hiper lectora bartolomeana" lo de que alguna vez haya muerto está en duda, ya verás.
    Un abrazo grande, Hechicera Mayor de Móstoles. Muy guapos los cambios del blog, por cierto

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    1. Gracias, Lorena. Ya te imaginarás que los cambios se deben al trasteo de la mano de los vídeos que me recomendaste: estupenda Is, de Mamá quiero ser blogger. ;) En cuanto a Silencio... es realmente fascinante. Tú crees que no está muerto? Uyyyy me da que sabes algo que yo no sé, jejeje. Seguiré expectante :) Un abrazo de esos achuchones, preciosísima amiga.

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  3. Bueno, Ireth, sólo puedo agradecerte la entrada y decir que me gusta cómo le veis.
    Sobre si está muerto o no, no diré nada. Que puede morir en sus actividades actuales, pues sí. Después de todo no hace más que meterse en líos.
    Si me permites, dejaré aquí el enlace a uno de sus casos por si alguno de tus lectores quiere echar un vistazo. Un abrazo agradecido.
    http://lojuropormitatuaje.blogspot.com.es/2014/01/httpwww.html

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    1. Ya sabes, enano, que adoro a este personaje ;) Y como ves, no soy la única. Un abrazo!

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  4. Gran radiografía de un personaje memorable, pero más grande es el autor y su capacidad para la ironía y los senderos oscuros de la fantasía. Un abrazo Mayte.

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    1. Tienes toda la razón, Esteban! Jose es uno de los mejores escritores que he leído últimamente (y me refiero a los últimos años ;) ) además de un tipo tan intersante o más que su propio personaje. El día menos pensado hago una reseña del autor, jejeje.

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  5. A mí me interesa mucho el personaje. Así fue como conocí a José y soy objetivo porque no somos amigos, pero me gusta mucho como escribe y echaba de menos ya un personaje oscuro al modo de los comics de los 75, que heredé de mi tío y conservo como reliquias.
    De todas maneras no solo me gusta Silencio de él, sino todas las obras que escribe. He comprado todo lo que ha salido de su mano y, desde luego, es porque me gusta.
    Ahora estoy leyendo El rencor de los dioses y como tengo varias publicaciones abiertas también, no voy tan deprisa como quiero.

    Gracias por esta descripción. Un saludo.

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    1. Me alegra saber, Ricardo, que no sólo es mi enorme cariño por José (inevitablemente no soy imparcial, ni quiero serlo) el que me hace ver en Silencio un personaje maravilloso. Gracias por comentar esta entrada. Un abrazo enorme! :-)

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